jueves, 7 de marzo de 2013

DOS DÉCIMAS CON CUATRO REDONDILLAS

Siente que el viento le guía
usa de bastón su corazón,
como faro su sinrazón
y de alforja su alegría.
Vence la monotonía
sorprendiéndose por todo
sabiendo que ese es el modo
de no perder la lucidez
 y escapar de la estupidez
de su anterior acomodo.
Vagabundo en busca del mar
donde quiere ser capitán
de su sendero y ser capaz
de llegar a perder su mal.
Vagabundo en un velero
que busca el destino nuevo
donde se cumpla su sueño
de ser patrón de su cuerpo.
La ruta lo lleva al amor
deteniendo su memoria
y atraca en su sana gloria
que lo libera del traidor
 que lo aleja del esplendor
que cada uno tenemos
y que todos lo sabemos
pero no lo liberamos
 al no hacer lo que amamos.
No haciendo lo que podemos.


Vagabundo que encuentra el mar,
donde llega a ser capitán
de su sendero y es capaz
de amar en total libertad.
Vagabundo en el velero
que está en su destino bueno,
donde el amor no es un sueño
y donde el puedo era el quiero.



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