Abandonado a mi suerte
cansado y cariacontecido
me retiro a otro lado
a olvidar mi pasado,
a seguir a lo mio
harto de haber dicho ya tanto
lo desfasado que es tu hastio
y lo daniino de no ser amado.
Abandonado a mi suerte
buscando el camino
idilico y solitario
donde yo estoy conmigo,
tu contigo al mando
y el fracaso distraido,
perdido pasando de largo.
Abandonado a mi suerte
cubierto tan solo en mi manto
cansado y curtido,
me asfixio cuando levanto
las manos al gentio
sumidos en el desencanto
por un presente baldio
y huranio.
Abandonado a mi suerte
ya no grito ni canto
ni alargo el gemido
por tan cruel espanto,
por tan fantastico desvario
que evito porque ando.
Abandonado a mi suerte
trabajo por lo minimo,
por un kilo de grano
que gano cuando elijo
en el brillo del campo.
Entre naranjos y olivos,
entre grillos o grajos
o entre barrancos establecidos
entre precipicios bajos.
Abandonado a mi suerte
solo vivo porque amo.
Porque amando evito
otro siglo de estragos,
de genocidios infringidos y orientados contra uno mismo
por haber sepultado cada amorio,
cada te amo.
Abandonado a mi suerte
yo elijo que amo.
Tu mismo.