Trato de encontrar lo que tengo,
de perder lo que soy dueño,
trato de entender el sueño
cuando todo lo que veo es silencio
en éste camino de desvelo
que vivo en cuanto duermo.
Lucho por comprender un anhelo,
por evitar un desconsuelo
que se evapora con el vuelo
del te quise, del te querré,
del te quiero.
Me enojo si no consigo mi antojo
y siempre pierdo.
Me tiro por un precipio y recojo
el momento precioso
donde un poco lo es todo
y ese todo es eterno.
Vuelvo a provocar el revuelo
al olvidar que sólo existo
cuando junto al suelo conmigo
y comprendo que somos lo mismo
que el cielo.
No quiero ver y lo veo
no quiero sentir y lo siento
No quiero nada y te quiero.
Y ahora estoy preso del olvido,
pierdo el sentido por un beso,
atravieso el viento con un gemido
y mi latido es hijo del amor
y del tiempo,
de ese tiempo vacío, tranquilo
y ciego.
