jueves, 24 de abril de 2014

Marinero que te vas



Navegando hacia otros mares
dejas estos llenos de sonrisas y amor.
Tu poesia va mas allá de tus palabras,
te sigue donde tu vayas.
Esperaré a la orilla hasta que vuelvas
o te iré a buscar con mi corazón.

(tu hermana, que no sabe rimar, ni remar)



domingo, 13 de abril de 2014

FUE PRIMERO





Fue primero mi ilusión que mi encuentro,
con el vasto letargo del que he vuelto,
ganando años y perdiendo tiempos.

Si ahora hay algo que no entiendo,
es por qué me desconecto de mi alma,
por qué se acaba cuanto amo
o por qué no gano cuando pierdo.
Y todo lo comprendo cuando llega la calma,
se ríe y me da la espalda.

Todo fueron trabas de mis apegos,
pesadas lapas rellenas de tedio y hojalata
que anclaron mis pies al suelo
porque hicieron, de mi sueño, 
un drama,
del que despierto enmedio de nada
o desnudo en el desierto.

Mis recuerdos son alarmas de desconsuelo,
me inquieto si no llegan las llamas a mi cerebro
y lo desconecto cuando veo que me alcanza,
porque no creo ni en hadas,
 ni en ranas con pelo.

Y así siento que el viento es mi almohada,
que merezco las canas que tengo
y mis ganas de quieros se volvieron,
instantes de silencio que no acaban.

Si tan lejos se fueron mis deseos,
es que no los necesitaba
y todo el esfuerzo que gastaba
se lo dedico ahora a tu cuerpo,
soberbio en cada pulgada.

Fue primero la velocidad que el freno,
la gallina que el huevo
y las prisas,
que el sosiego en la mirada,
para descubrir un mundo nuevo
que siempre te acompaña.

Para volar ligero
entre tormentas de seda y terciopelo,
mañanas nuevas y claras
o noches llenas, de estrellas para contarlas.
Donde decir, te quiero
no es mas que un juego,
que enamora mi alma.

MI OTRA UTOPÍA





Abandono con recelo mi utopía
que de pequeña se ahogaba en un dedal
para subir de nuevo a mi alegría
que me pide que grite libertad.

Al vestirme de gala me desnudo,
todos los sueños me intentan atrapar
pero en uno descubro, 
que la clave del mundo
es no parar de soñar.

De soñar que vuelas,
que te deslizas por las olas
y juegas a ser capitán.
Que el aire te alimenta
y no necesitas más horas
en tu caja de cristal.

Me presentas tu cuero y tu pelo,
agradezco el cumplido, pero si al mirar
no encuentro,
me volveré solito a mi hogar.
Pero si miro y te siento,
hasta tu último poro será un volcán
y dejaré que el deseo
campe a sus anchas por mi pedestal,
que es tu cuerpo.

Y el amar se quedará pequeño,
no habrá lecho que nos pueda alcanzar,
el séptimo cielo lo dejaremos atrás
y bajaremos al suelo
solamente a respirar.

A ESE PLANETA





Me encuentro alerta,
disfrutando en mis adentros
lo que pasa por fuera,
reteniéndolo tan cerca,
que a veces lo confundo
y lo fundo conmigo
como quien quisiera que fuera suyo,
tan solo un segundo,
y después se lo devolviera al mundo,
tras esa dentellada efímera y entera,
que pasa por mis venas encendiéndolas,
para que florezca en ellas una vida,
sobre llamas y ceniza.

Queda su resabor,
su belleza
que mastico con la prudencia
que me dicta la esencia
de mi corazón.

Doy el dia libre a mi cabeza,
llegados a este punto,
su opinión no me interesa
ni tampoco quién soy,
ni dónde estoy.
Ni siquiera si es suave, amarga o seca.

Sólo que me transporte a ese planeta
vibrante y brillante
donde se juntan los valles y los mares,
con la luna y las estrellas.
Donde la piel que me encierra
no sirve de frontera
y no existen ni tiempos ni palabras ni cadenas.
Sólo manantiales de agua nueva
que me sacan de mis cabales
cuando reflejan
 esa luz turquesa,
que cura todos los males.

Ese planeta que respeta a su madre naturaleza
y donde se sabe que el universo es, mas que nada,
el padre que demuestra,
a cada instante,
que nos ama.
Donde las almas vuelan,
cuando se baten a muerte con el baile,
porque siempre ganan.
Donde las grietas se interpretan
como huellas sagradas
y los cuerpos son las veletas
que parten en dos los vientos,
que los atrapan
y después, los atraviesan.

Porque todo pasa como si nada,
con la normalidad que fabrica la paz,
con el amor forjado por el corazón
como un destello de razón del que sueña,
y se despierta
porque la vida le quema las entrañas
 y las venas.

Ese planeta donde los recuerdos se guardan bajo llave
y nadie sabe de dónde viene o a dónde va
y los pensamientos son la clave 
para lograr la libertad
que de él emanan.

Sus calles son floreados senderos 
llenos de pétalos que alegran al aire.
Los pequeños,
perros insaciables que lamen
con ansia sus huesos
y los ecos de sus cantos,
lametazos que olvidan, por un momento,
mis penas o mis lamentos.
Los adultos, fieras salvajes 
capaces de hacer de su templo, 
una fortaleza inexpugnable
y saben usar su fuerza,
con una sutileza encomiable.
Donde las damas son tratadas,
en las aldeas,
como nuestras hijas, madres
o abuelas.
Y a las aves,
 como hermanas que también vuelan.

Porque todo pasa como si nada,
con la normalidad que da la paz,
con ese amor que se forjó en el corazón
y lanza un destello de razón enmedio de un sueño
que nunca acaba
y quema las venas
y se forja en las entrañas.