lunes, 30 de junio de 2014

DEJARLO SER. DEJARTE VER.

No hay nada que podamos hacer,
somos prisioneros del tiempo.
Queremos adelantar el amanecer
luchando contra cualquier elemento.

Tampoco nos enseñaron a ser sinceros,
por eso no podemos crecer.
Qué es de la enseñanza de nuestros ancestros?
O es que no lo queremos ver?
Es estar limpios tanto por fuera, como por dentro
y solamente, dejarlo ser.
Dejarte ver sin miramientos.

Puede que sea un quiero y no puedo,
un querer andar y no parar de correr,
un buscar el reino de los cielos
sin probar primero
lo que hay detrás de tu piel.
Liberarte de ese prisionero
que ahora siente primero
que ama después.

Puede que nos cueste decir te quiero,
que nos prefiramos esconder
dejando que la fuerza del universo
no actúe como debe de ser,
por sentirte pequeeeeño, pequeeeño
por no sacar tu poder.

No, no lo queremos sentir, ni ver.
Porque no sentimos como debemos,
porque no nos importa sentirnos bien
para dejar de convivir con envidias y celos,
para sustituir con AMOR nuestros miedos
y solamente, dejarlo ser. Dejarte ver.

No, no nos importa nuestro reflejo
porque no hacemos nada al derecho,
ni al revés.
No nos importa si no nos vemos
para guardar otro Te Quiero
en ese jardín del edén
que es tu propio cuerpo
en vez de soltarlo a lo eterno
sacando ese, nuestro gran poder,
la unión del universo externo
con ese otro debajo de tu piel.

Y solamente, dejarte llevar por él,
dejarte ver sin aspavientos
y decir Te Quiero
en cada verso
                                                         a cada ser.

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