miércoles, 29 de abril de 2015



Todo pasó a formar parte del olvido
con el único pretexto
de cambiar el ruido
por una emoción en cada puerto.

Mi nombre, mi huella, mi brillo,
soy nada si no pienso,
si no creo paralelismos
entre lo que siento y lo que veo,
entre un instante y un te quiero,
entre un segundo y un abismo.

Todo pasó a formar parte de mi imaginación,
ese ser superior de algodón
que me acerca a tu mundo,
a tu alma, a tu corazón,
a tu yo mas vagabundo
al hacer magia con la razón
que, por un momento, cree ser humo.

Mi eternidad, mi infinito, mi soledad
quedaron extinguidos tras un solo paso.
Ya nada me parece normal,
mi vida es pasado
y no sabe dónde va.

Todo pasó a formar parte del destino,
de la manera en que se muestra presente el futuro.
Tendré que aprender cada truco
para saber quedarme fijo
y no ver espejismos
en lugar de mi pulso.

Mi ilusión, mi creencia, mis actos,
noto que todo ha cambiado.
Hasta esa emoción que dejó
mi mente en blanco
en el momento exacto
en que todo empezó.

Después de ese ligero atisbo,
todo volvió a formar parte del pasado, 
de mi imaginación y del olvido.


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