miércoles, 29 de abril de 2015

EL BESO QUE AHORA NO FALLA





Hasta que descubrí mis agallas,
ciertas ganas de nada
y ponerle al corazón unas alas,
pasaron noches y mañanas

donde podían mas las ganas
que el amor y sus mañas.
Mas las palabras
que los besos que no te daba.


Resurgí enmedio de un remolino
que por dentro quemaba y por fuera era frío
y fue tan fuerte su sonido
que ahora cuando oigo silencio, todavia lo distingo
y me empuja de nuevo a un tiovivo
que parece que no acaba y abarca infinito.


Me salvó la vida no hacer esfuerzos,
seguir la corriente, no pensar en el tiempo
en que podría llegar eternamente el vacío y el silencio.
Me salvó la vida no temer al cielo,
ni a mi alma ni al universo
y sentir la calma haciéndome el muerto
para aprender que el mejor juego
es el que pasa en el preciso momento
en que crees estar vivo y ves que es un sueño.

Me salvó la vida el instinto,
la conjugación de los astros, el destino,
el haber saltado alguna piedra en algún camino,
el haber confiado en mi mismo
sin esperar jueces ni méritos ni testigos.
Y el sentir la vida como un hilo
suspendido entre dos abismos
que no tienen fin y sólo te muestran el principio.

Ahí descubrí mis agallas,
ciertas ganas de nada
y el corazón con sus alas.
Dónde pasar las noches y las mañanas 
con las mismas ganas
de amor que de sus mañas
para darte con palabras 
el beso que ahora no falla.



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