viernes, 24 de abril de 2020

ESA COSA INCONFESABLE

Esa cosa inconfesable.
Ese marco incomparable 
en mis adentros ancestrales
prendieron la mecha
que inspiró ésta letra
en mi mente maleable.

Soltarte y ver
que tu poder
arremete sin querer
en la expresión de lo inexplicable.
Que muchas veces pararte
es un cambio sin hacer,
y un simple aparecer
es una huella imborrable.

Las musas acechan,
a veces tan perversas
que no llegas aunque quieras.
Otras veces aparecen
y al momento te aconsejan
que siendo lo que eres
no hay cosa más bella
descubriendo así tu esencia.

Te enseñan a cabalgar sin disfraz
en cada instante fugaz
que pasa y te atraviesa,
estando donde estás,
sin mas querencia.
A ratos, se postran plenas
y en un suspiro, 
parece que vienen y te besan.

Cuando escribo un acertijo,
no es afuera donde miro.
¿Cuál es mayor alivio
que cuando uno confiesa? 

En tu piel de enamorado
ni un átomo vive equicocado.
Todos van al mismo paso,
aunque sea escurridizo.
Todos pertenecen al ruido,
 todos por encima del suelo.
Y se abre entonces el camino
de un ser maravillado
que ha encontrado su cielo
y su sentido.

En la tierra,
en las vísceras del universo,
en las hojas caídas y en las piedras.
Dentro está su sonido
que es del que te dicen que aprendas.
¡Ay musas traviesas!
Acompañadme, que yo os sigo.












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